La crisis de la buena fe

Por Valeria Elizabeth Nerpiti (*)
valerianerpiti@gmail.com


El timing de la buena fe es difícil de lograr en épocas de crisis y malestar, que

llevan a las personas a transferir los propios problemas e insatisfacciones a un

tercero, sea este cual fuera.

Es recurrente que entre los administradores que nos consultan, el factor del

cuestionamiento desproporcionado al actuar del profesional, lleva a

replantearse una y otra vez si vale la pena seguir adelante en el ejercicio de la

profesión?.

Los copropietarios, en su mayoría, ven al administrador como aquella persona

que “no hace nada y cobra un honorario mensual” y que además debe resolver,

en forma inmediata, cualquier problema que se suscite en el edificio.

El administrador, que no vive dentro de un edificio, ni vive de los honorarios

que percibe de un solo edificio, con mayor o menor estructura debe afrontar los

requerimientos diarios de los edificios, los copropietarios, los proveedores y las

diferentes reparticiones públicas para terminar su día en un imaginario

“paredón de fusilamiento” donde la rigurosa y fría letra de la norma imperante le

apunta permanentemente, de la que aquellos administrados insatisfechos

hacen uso y abuso, para apuntar y disparar.

Creo que en la metafórica descripción, la mayoría de los administradores se

verán reflejados y es aquí donde el principio de la buena fe que nuestro nuevo

Código Civil y Comercial incorporar, dentro de su Título Preliminar, de manera

expresa y precisa, ocupando un lugar central que debe observar en el derecho

privado contemporáneo, se ve vulnerada permanentemente.

Históricamente, siempre sosteníamos que la buena fe se presume, tal como la

honestidad, la lealtad, la inocencia. Hoy, a pesar de los principios

constitucionales que lo sostienen, estos atributos son puestos a prueba,

desafiados y en crisis tomando por sorpresa a aquellos que, manejándose bajo

esos parámetros, los alcanza la estricta norma, muchas veces con contenido

inconstitucional.

Así, los avances dinámicos del día a día, la informalidad y por sobre todas las

cosas la confianza en “la palabra”, llevan a trabajar y ejercer la profesión sin

tomar los recaudos preventivos necesarios que, a la hora de estar en el


paredón de fusilamiento, los otros abandonaron la buena fe, perdieron la

memoria y abusan de la aplicación del derecho.

Hoy, los casos de reclamos por defensa del consumidor se convirtieron en el

fantasma de persecución de los administradores donde, a pesar que la norma

considere que el copropietario no tiene la posición dominante, esa misma es

utilizada para perseguir y amedrentar a quienes, actuando de buena fe,

descuidaron la aplicación del principio no escrito de “autoprotección y

conservación”.


Siempre hablo del ejercicio de la abogacía preventiva y tal como lo es en la

medicina, ello no significa que uno no se enferme y no reciba

cuestionamientos, sino que por un lado se busca repeler la mayor cantidad de

ataques y para cuando llegan estar mejor posicionados para una buena

defensa.


La buena fe, también es el principio general de los contratos y no debemos

olvidar que entre administrador y consorcio de propietarios existe un contrato

de mandato el que además se debe basar en la confianza. La confianza es la

base del buen funcionamiento de la economía y de la vida social.


La buena fe, “la palabra”, hace varios años que han entrado en crisis, lo cual

habla de un deterioro como sociedad, como seres humanos que convivimos y

nos relacionamos día a día; una de las cosas más importantes que se pueden

perder en esta vida, es la confianza de los demás en nosotros. Y esta pérdida

puede ocurrir por multitud de causas, entre ellas la pérdida de confianza en

nosotros mismos.

Contar con las herramientas necesarias, ajustar los procesos de producción, en

definitiva colaborarán para aumentar esa confianza perdida y enfrentar sin

temor la “caza de brujas” que bajo el paraguas de la “defensa del consumidor”

asecha a los administradores.

(*) Abogada y Arquitecta. Coautora de los libros “Arquitectura Legal Las Respuestas” y “Opus Jodex”.


NERPITI VALERIA

Tel: +54 (011) 15 55116682 solo por WhatsApp

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